Location intelligence: Cómo potenciar tus estudios de Geomarketing

La última década ha supuesto un boom en el uso de “location intelligence”. Actualmente pocas son las personas que no la usan a diario, ya sea cuando reciben una alerta avisando de un retención de tráfico en su ruta hacía casa, cuando buscan el restaurante italiano más cercano o cuando consultan el tiempo que falta hasta que pase el próximo autobús, por poner algunos ejemplos.

Con el Geomarketing se pretende que el beneficio sea bidireccional y que sean las empresas las que cuenten con información de sus clientes con el fin de ofrecer el mejor servicio posible.

Atrás quedan los tiempos en los que el uso de esta tecnología estaba casi relegado a la administración o al ámbito académico. Hoy en día cada vez son más las compañías que tratan de dar un mayor valor a sus datos. Se considera que en torno al 80% de la información que manejan las empresas tiene un componente geográfico y por lo tanto son susceptibles de ser posicionados en un mapa.

Hoy en día, la clave del éxito de un negocio está en elegir una buena ubicación. Las empresas no quieren correr riesgos y para eso se dedican cada vez más tiempo a una buena planificación, ya sea para la apertura de nuevas tiendas, la ubicación de sus centros de almacenamiento, el diseño de sus rutas de reparto, la planificación de las visitas comerciales, etc,…El primer paso casi siempre es geocodificar los datos. Desde nuestra empresa hemos observado que cada vez son más los clientes con enormes bases de datos, que nos piden que geocodifiquemos dicha información. Esto es ubicar sobre un mapa, las direcciones que nos proporcionan. De esta forma, pasamos de tener interminables listas de datos a una imagen muy clara sobre cómo se distribuye dicha información geográficamente.

El uso de cartografía profesional HERE, hace mucho más potente el alcance de nuestros estudios. Combinando estos datos, con los del Catastro y otros de generación propia, tenemos información acerca de ciudades, secciones censales, códigos postales y hasta manzanas y portales. Datos que podemos enriquecer con información de carácter sociodemográfico (sexo, edad, etc,..), que nos permiten hacernos una idea muy precisa de la población en cualquier área de estudio.
Una vez que hemos combinado toda esta información, las posibilidades de análisis son infinitas. Con ella podemos calcular el área desde la cual se puede llegar a nuestro negocio en un determinado tiempo, ya sea a coche o a pie, haciéndonos una idea muy aproximada de la cobertura o área de servicio. Esto puede ser determinante a la hora de buscar una ubicación para nuestro negocio y nos ayudará a concentrar esfuerzos en lugares que merecen la pena, aprovechando zonas de mercado sin explotar o poco explotadas. Haciendo uso de los datos catastrales, también podemos conocer los locales que hay en la zona y sus dimensiones. También podemos dirigir mejor nuestras campañas de marketing, lanzando nuestros anuncios, buzoneos, etc,… en las zonas que más nos interesen. Además, haciendo uso de la cartografía, podemos calcular las rutas de los agentes comerciales, para que estas sean más óptimas y recorran de forma eficiente las zonas que más nos interesan en el menor tiempo posible. Si las rutas son en coche podemos calcular el coste, incluyendo el precio del peaje, etc,…

 

La cartografía profesional HERE nos ofrece además una serie de puntos de interés, de donde podemos extraer información acerca de que tipos de comercios hay en la zona, donde está la competencia, que alcance tiene, etc,…
Sabiendo sacarle partido a los datos de la empresa, y combinándolos con el potencial que nos proporcionan hoy en día los datos catastrales, la cartografía profesional HERE y los datos sociodemográficos de población (INE), daremos un paso de gigante en nuestros objetivos. Sin duda, un buen estudio de geomarketing, puede marcar la diferencia que conduzca al éxito de nuestro negocio.

 

 

Por Sergio Infanzón